El reto de un baño helado o de una ducha fría

enero 02, 2021

Cada año, el 1 de enero por la mañana, voy a la playa a dar un baño en el océano, independientemente de las condiciones atmosférica, de frío, viento, lluvia o sol. Es un reto que desarrolla fortaleza de carácter y resiliencia.
¡Rétate a ti mismo!


«¿Y por cual perversa razón en el mundo debería retarme a hacer tal locura?»
Te leo la mente pero si me das un par de minutos te explico el porqué de una acción tan desagradable como un baño helado.

¿Has estado alguna vez sin agua caliente en casa? ¿O alguien que se ha duchado antes de ti te ha dejado con el agua fría? ¿Qué has pensado? ¿Qué palabrotas has soltado? ¿Te ha cambiado el humor?

Vivimos constantemente en una burbuja de algodón, en una zona de confort que protegemos para que nada o nadie nos pueda hacer daño.

Buscamos comodidad, placer y una vida sin problemas hasta el punto que tenemos miedo a cualquier tipo de molestia, incluso la más mínima molestia física.

Como resultado somos cada vez más débiles y cada vez más debilitados. Reaccionamos al más mínimo insignificante problema (¿atrapado en el trafico por ejemplo como te sientes?) y perdemos la capacidad de reaccionar con éxito ante una adversidad.

¿Sabes como se llama lo que perdemos? Resiliencia.


¿Que es la resiliencia y para que te sirve?

La resiliencia es la respuesta emocional frente a una situación de estrés, a un problema, a un obstáculo, que permite soportar la presión.

La resiliencia sirve a forjar un carácter más fuerte y sabio. Sirve a darte una lección de vida, ayudarte crecer y madurar.

Te permite dar respuestas positivas frente a los eventos negativos que pasan en tu vida.

Si no te retas a ti mismo, nunca descubrirás a la persona en la que te puedes convertir.


El reto para fortalecer la resiliencia

Bueno, ahora que sabes que la vida está hecha de problemas y que cada dos por tres encontraras desafíos en tu camino, puedes practicar la resiliencia para que los eventos no te tomen por sorpresa.

Si consigues esforzarte para sentirte incomodo y mantener un estado emocional positivo fuera de tu zona de confort, entonces es cuando comienzas a desarrollar resiliencia.

Te vuelves más fuerte mentalmente, comienzas a desarrollar tu capacidad de recuperación y las molestias cotidianas son menos perturbadoras y amenazan con menos frecuencia tu habilidad para mantener el control.

El reto consiste en hacer una de estas dos cosas:

  • un baño en el mar (de invierno por supuesto)
  • una ducha fría (esta también de invierno)

Si vives cerca del mar te aconsejo la primera porque el contacto con la naturaleza es mágico. De lo contrario, la ducha fría en tu casa.

Cuando practicas empujarte hasta (y atravesar) el punto de incomodidad,  Eso es lo que significa ser un estoico: controlar las cosas que  puedes  controlar, no dejar que los inconvenientes externos menores te descarrilen.


Mi experiencia en el reto de un baño helado

Como te he comentado al principio, hago este reto desde hace ya 3 años, el día 1 de enero por la mañana.

Este año, a diferencia del pasado, la temperatura del aire era más fresquita, unos 9 grados, y el viento era muy fuerte por lo que la sensación térmica era bastante más baja. Además tenía una lesión en el hombro y un dolor molesto y continuo. O sea, aleluya.

En unos segundos ya me había dado cuenta que el reto iba a ser duro.

Llegué a la playa con mi gorro de lana, las botas de invierno y una chaqueta de plumón. Parecía lista para el snowboard, jejejeje, con la única diferencia que debajo tenía el bañador.

Tengo que reconocer que estuve unos 5 minutos pensándomelo. Primero me quité los calcetines y probé el agua …. ¡helada! Luego cuando ya los pies empezaban a congelarse me dije «O lo hago ahora o nunca».

Me quité todo menos la mascarilla y el gorro de lana y me lancé al agua. Tuve que andar bastante metros entre las olas para llegar a un punto en lo que pudiera sumergirme. Y lo hice.

Esta soy yo en el momento clou:

Volví corriendo a la playa, fría pero eufórica. Lo había conseguido y además no había sido tan duro como me imaginaba. De repente me recordé de una frase de Seneca:


Sufrimos más en la imaginación que en la realidad.


 ¡Que razón tenía!


Lo que he aprendido del reto del baño helado

He aprendido que puedo superar mis limites.

He aprendido que puedo controlar mi mente y callarla cuando intenta convencerme que tengo miedo.

Me ha dado un subidón de autoestima y me ha dejado una sensación de logro.

Me ha permitido descubrir que tengo más capacidad de la que creía.

Y sobre todo el reto del baño helado me ha enseñado que no hay dificultad que no pueda superar con fortaleza y espíritu positivo.

Mi próximo paso en este reto es ampliar el reto a una ducha fría por la mañana una vez a la semana.

Ahora es tu turno, rétate y atrévete!

Y recuerda compartir tu experiencia comentando aquí abajo.

¡Suerte!

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